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Dr. Julio César Ayala Balboa

Alergólogo e Inmunólogo Clínico, Unidad de Factor de Transferencia del Instituto Politécnico Nacional Miembro del Consejo Nacional de Inmunología Clínica y Alergia A.C. (CONICA), del American College of Allergy, Asthma and Immunology (AACAI) y de la American Association of Certified Allergists (AACA)
Contacto: julbalboa@gmail.com

RESUMEN
Los antibióticos betalactámicos son responsables de 80% de las consultas por alergia a medicamentos en pediatría. Una opción terapéutica para este tipo de pacientes consiste en utilizar fármacos químicamente relacionados; sin embargo, hay que tomar en cuenta que la reactividad cruzada entre grupos de fármacos es distinta entre ellos y el enfoque debe ser específico. En las infecciones respiratorias bacterianas de vías superiores sin complicaciones ni factores de riesgo se recomienda el uso de macrólidos como tratamiento de primera elección.

PALABRAS CLAVE
Antimicrobianos, alergia a la penicilina, reactividad cruzada, tratamiento antibiótico.

ABSTRACT
Beta-lactam antibiotics are responsible for 80% of pediatric drug allergy consultations. A therapeutic option for this type of patient is to use chemically related drugs; however, it must be considered that the cross-reactivity between groups of drugs is different between them, and the approach must be specific. Macrolides are recommended as the first-line treatment in bacterial upper respiratory infections without complications or risk factors.

KEYWORDS
Antimicrobials, penicillin allergy, cross-reactivity, antibiotic treatment.

Introducción

Los antibióticos betalactámicos suponen alrededor de 80% de las consultas por alergia a medicamentos en pediatría. De ellos, las penicilinas son los más frecuentes y, actualmente, la amoxicilina ocupa el primer lugar.1 Existen dos tipos de reacciones que se pueden esperar tras la toma de un medicamento: las inmediatas y no inmediatas.

Reacciones inmediatas
Aparecen tras la toma del fármaco, generalmente dentro de la primera hora. Son mediadas por IgE, pueden ser rápidamente progresivas y potencialmente mortales, y tienden a ser más graves con exposiciones repetidas.1 Incluyen urticaria, angioedema y anafilaxia con sus manifestaciones más severas (edema laríngeo, broncoespasmo, hipotensión, etcétera).

Reacciones no inmediatas
Aparecen después de un periodo variable, desde horas hasta días. Incluyen las reacciones aceleradas (de >1 a <72 horas) y las tardías (de días a semanas), apareciendo exantemas morbiliformes no pruriginosos o erupciones maculopapulares. En general, no son mediadas por IgE y, más raramente, cuadros graves como el síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica (NET) o reacción a fármacos con eosinofilia y síntomas sistémicos (síndrome Drug Related Eosinophilia with Systemic Symptoms, DRESS por sus siglas en inglés, que corresponde a una reacción a fármacos caracterizada por eosinofilia y síntomas sistémicos).2

Opciones de antibioticoterapia
Una opción terapéutica para aquellos pacientes con alergia a los betalactámicos consiste en utilizar fármacos químicamente relacionados. La probabilidad de que exista reactividad cruzada es menor en las reacciones mediadas por células T que en las reacciones mediadas por IgE. En este caso, un prick previo es informativo (si es negativo sugiere tolerancia) y es recomendable, en función de la situación clínica del paciente, someterlo a una prueba de exposición controlada (PEC) con el fármaco.2

La reactividad cruzada entre grupos de fármacos es distinta entre ellos y el enfoque debe ser específico. En el caso de los betalactámicos, la reactividad cruzada, por lo general, va a depender de si el paciente está sensibilizado al anillo betalactámico, con lo que la alergia puede ser múltiple; o bien, si la sensibilización implica a las cadenas laterales de las moléculas, con lo que el paciente puede presentar reactividad cruzada con los betalactámicos que compartan la cadena lateral.2

Los pacientes alérgicos a la penicilina o a la amoxicilina tienen más riesgo de presentar reacción con cefalosporinas de primera generación que con las de segunda o tercera generación, y menos aún con carbapenémicos o monobactámicos.2 En la Tabla 1 se muestran los fármacos que pueden presentar reactividad cruzada.

En las infecciones respiratorias bacterianas de vías superiores sin complicaciones ni factores de riesgo se emplearán macrólidos como tratamiento de primera elección.4

El uso de macrólidos se considera una de las opciones terapéuticas más adecuadas en los casos en los que la recurrencia de cuadros infecciosos sucede en periodos relativamente cortos, a pesar de tratamiento con betalactámicos, lo cual sugiere la existencia de cepas bacterianas productoras de penicilnasa, aun cuando no se cuenta con resultados de exudados faríngeos previos. Cabe resaltar que en los pacientes que presentan habones tras el consumo de los antibióticos en tratamientos previos, estos podrían estar relacionados con una tendencia atópica y dicha sospecha se refuerza ante un antecedente familiar.

La azitromicina es un antibiótico de amplio espectro que pertenece a la familia de los macrólidos, con actividad bacteriostática contra bacterias tanto Gram positivas como Gram negativas, incluyendo especies de Bordetella pertussis y Legionella spp. También posee actividad contra Mycoplasma pneumoniae, Treponema palliudum, especies de Chlamydia spp. y del complejo de Mycobacterium avium.5 A diferencia de la claritromicina, la azitromicina no presenta interacción significativa con el citrocromo P450 3A41 y, en comparación con la eritromicina, es más estable en ambientes ácidos, lo cual simplifica su administración junto con los alimentos.

Conclusión

Los antibióticos betalactámicos son responsables de cuatro de cada cinco visitas al médico a causa de alergia medicamentosa en la población pediátrica.

En las infecciones respiratorias bacterianas de las vías superiores sin complicaciones ni factores de riesgo se recomienda el uso de macrólidos como tratamiento de primera elección. El uso específico de azitromicina como macrólido de primera elección está justificado tanto por su facilidad de administración en monodosis, principalmente para grupos pediátricos, así como por su menor efecto gástrico, en comparación con la eritromicina y la claritromicina.

REFERENCIAS
1. Romano A, Caubet JC. Antibiotic allergies in children and adults: from clinical symptoms to skin testing diagnosis. J Allergy Clin Immunol Pract 2014;2(1):3-12.
2. Romano A, Gaeta F, Valluzzi RL, Caruso C, Rumi G, Bousquet PJ. IgE-mediated hypersensitivity to cephalosporins: Cross-reactivity and tolerability of penicillins, monobactams, and carbapenems. J Allergy Clin Immunol 2010;126(5):994-9.
3. Guzmán MA, Salinas J, Toche P, Afani A. Alergia a β-lactámicos. Rev Chil Infect
2004;21(4):285-98.
4. Pineiro-Pérez R, Hijano-Bandera F, Álvez-González F, Fernández-Landaluce A, Silva-Rico JC, Pérez-Cánovas C, et al. Documento de consenso sobre el diagnóstico y tratamiento de la faringoamigdalitis agu- da. An Pediatr (Barc) 2011;75(5):342.
5. Parnham MJ, Erakovic Haber V, Giamarellos-Bourboulis EJ, Perletti G, Verleden GM, Vos R. Azithromycin: mechanisms of action and their relevance for clinical applications. Pharmacol Ther 2014;143(2):225-45.

Este artículo debe citarse como:
Ayala-Balboa JC. Selección antibiótica en pacientes con alergia a la penicilina. Medicus 2024;5(27):1938-41.