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Por: Guillermo Torres


“A todos nos llega el final; sé que no hay excepciones. Sin embargo, Dios mío, a veces la milla verde parece tan larga…”.

Stephen King

El director y guionista Frank Darabont nos entregó en 1999 una estupenda y conmovedora adaptación de la novela La Milla Verde, que fue escrita en 1996 por el polémico y prolífico autor estadounidense Stephen King, con la que obtuvo el premio Bram Stoker ese mismo año. Algo que pocos saben, es que King se inspiró en un terrible y complicado caso de la vida real, ocurrido en 1944 en Carolina del Sur. Basado en la historia de George Stinney, un menor afroamericano de 14 años que fue encontrado culpable y ejecutado en la silla eléctrica tan solo tres meses después de su juicio, en el que, un jurado compuesto por diez hombres blancos (y un abogado que hizo poco por defenderlo) lo sentenciaron por el delito de violación y asesinato de las hermanas Mary y Betty Binnicker, de 8 y 11 años. Tristemente, setenta años después, en 2014, una revisión del caso de George Stinney, dejó en claro su inocencia pues, entre otros detalles, la viga que fue utilizada como arma, era demasiado pesada como para que un niño de catorce años hubiese sido capaz de levantarla.

En esta película retitulada en Hispanoamérica como Milagros Inesperados, se cuenta en forma de flash back una oscura historia de injusticia, llena de magia y fantasía ambientada en 1932, años posteriores a la Gran Depresión. Todo comienza en un asilo de ancianos, donde encontramos a un hombre de edad avanzada viendo una película clásica en un televisor en blanco y negro, visiblemente afectado por la emoción que le causa el ver el número musical Cheek To Cheek, interpretado por el inmortal actor Fred Astaire. El anciano es Paul Edgecomb, (Dabbs Greer) que se levanta intempestivamente y abandona la sala de televisión, seguido por su amiga Elaine Connelly (Eve Brent). Cuestionado por ella, Paul inicia la narración del porqué de su actitud.

Acto seguido, nos encontraremos con un Paul Edgecomb (Tom Hanks) más joven, cuando era el jefe del Pabellón “E”, destinado exclusivamente a los reclusos sentenciados a la silla eléctrica en la penitenciaría de Cold Mountain, en el estado de Luisiana. Es allí, donde Paul, es testigo de los eventos más tristes, dramáticos y fantásticos que marcarán un antes y un después en su larga vida. El factor que desencadena dichos eventos es la llegada al pabellón de John Coffey (Michael Clarke Duncan), un hombre de altura descomunal y piel oscura, acusado de haber asesinado y violado a dos niñas blancas.

En el transcurso de la trama, nos damos cuenta de que John Coffey, es en realidad una víctima de discriminación. Lejos de ser el personaje que aparenta -maligno y peligroso- se nos revela como un tímido y gentil gigante, poseedor de un “poder especial” que le permite curar casi cualquier lesión física y toda clase de enfermedades en los seres vivos. El mismo jefe Paul, experimentará en carne propia una milagrosa curación aplicada por Coffey, liberándolo de una infección en las vías urinarias que le provoca desde hace mucho tiempo un dolor agónico al ir al baño como si orinara navajas, y que le impide mantener relaciones sexuales satisfactorias con su esposa Jan (Bonnie Hunt), motivo por el que la pareja le quedará eternamente agradecida.

A partir de este punto, la vida de los habitantes de la llamada Milla Verde (por el color del piso), tanto reclusos como guardias, incluyendo al director del penal -el alcalde Harold Moores (James Cromwell)-, se verá drásticamente alterada por los efectos de los increíbles poderes del gigantesco John Coffey. Además, descubriremos más tarde que, dichos poderes, lograrán alterar la esperanza de vida de dos de los personajes centrales, el propio Paul Edgecomb y un personaje muy especial, que aparece y desaparece de forma misteriosa en medio de las celdas, el señor Jingles, un simpático ratoncito bautizado así por “Del”, Eduard Delacroix (Michael Jeter), un recluso francés que se convierte en el mejor amigo del roedor.

En un análisis más profundo de esta historia, es ineludible reconocer el respeto con el que Stephen King honra la memoria del pequeño George Stinney. Tanto los poderes, como la actitud infantil de John Coffey, nos muestran la pureza del ánimo de un niño inocente de 14 años. Tan solo imaginar la huella que debió producir en las personas que conocieron a George Stinney en la vida real, durante los tres meses que permaneció en ese pabellón, y su posterior ejecución, debió ser una experiencia sumamente poderosa en todo sentido. A pesar de todo, podemos afirmar que técnicamente esta película, no se basa en un hecho real, sino en la novela que ha transformado la realidad en una serie de elementos tomados del realismo mágico y traídos por el autor para con- tar con dignidad (si esto fuera posible), un acto de injusticia cruel que sucedió hace casi 80 años.

The Green Mile, recibió cuatro nominaciones a los premios Oscar del año 2000 como mejor película, mejor actor de reparto, mejor guión adaptado y mejor sonido. Ese mismo año, La Milla Verde ganó tres Premios Saturno por mejor película de acción-aventura-thriller, mejor actor de reparto y mejor actriz de reparto.

Fuentes:
Lindsey DeRoche. SCREEN RANT. ¿La Milla Verde está basada en una historia real? La respuesta es complicada. Disponible en: https://screenrant.com/green-mile-true-story-real-life-inspiration-george-stinney/ Wikipedia. La enciclopedia libre. The Green Mile. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/The_Green_Mile
Wikipedia. La enciclopedia libre. La milla verde (novela). Disponible en: https:// es.wikipedia.org/wiki/La_milla_verde_(novela)
Paloma González. GQ. The Green Mile: la trágica historia que inspiró la novela de Stephen King. Disponible en: https://www.gq.com.mx/entretenimiento/articulo/the-green-mile-pelicula-stephen-king-historia-real