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Dr. José de Jesús Coria Lorenzo
Infectólogo Pediatra Egresado del Instituto Nacional de Pediatría y Adscrito al Departamento de Infectología del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
Miembro Titular de la Academia Mexicana de Pediatría A.C., Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica A.C., Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica A.C. y World Society of Pediatrics Infectious Diseases
Contacto: jjcoril@yahoo.com

El Dr. José de Jesús Coria es especialista en infectología pediátrica e investigador en ciencias médicas B. Atiende a sus pacientes en la Clínica Médica Londres, ubicada en Capulhuac, Estado de México.

RESUMEN
Las infecciones de las vías respiratorias (IVR) siguen siendo un importante problema de salud debido a su alta morbi-mortalidad: tan solo las IVR agudas superiores representan la primera causa de enfermedad en México y dos terceras partes de los casos en la población general ocurren en pacientes pediátricos. Si hay una autoridad médica con amplio conocimiento sobre el tema, ese el Dr. José de Jesús Coria Lorenzo, cuya vasta producción literaria en torno a las enfermedades infecciosas en pediatría y notable experiencia clínica dentro del Instituto Nacional de Pediatría y el Hospital Infantil de México Federico Gómez le ha proporcionado una visión muy amplia para el abordaje de estos padeci- mientos en el contexto mexicano. En el presente artículo el Dr. Coria nos comparte cuál es la situación actual de las infecciones respiratorias en la población pediátrica.

PALABRAS CLAVE
Infecciones de vías respiratorias agudas, epidemiología, diagnóstico, resistencia bacteriana.

ABSTRACT
Respiratory tract infections (IVR) remain a major health problem due to their high morbidity and mortality: only in Mexico, upper acute IVRs represent the first cause of disease and two-thirds of cases in the general population They occur in pediatric patients. If there is a medical authority with extensive knowledge on the subject, is Dr. José de Jesús Coria Lorenzo, whose vast literary production around infectious diseases in pediatrics and remarkable clinical experience within the National Institute of Pediatrics and the Children’s Hospital of Mexico Federico Gómez has earned him a very broad vision for addressing these conditions in the Mexican context. In this article, Dr. Coria shares with us the current situation of respiratory infections in the pediatric population.

KEYWORDS
Diabetes mellitus, glucose intolerance, liver cirrhosis, chronic liver disease, hepatitis C virus, primary care.

 

¿Cuáles son los aspectos epidemiológicos más relevantes que debe considerar el médico de primer contacto ante un paciente con IVR agudas?
Sin lugar a dudas, los aspectos epidemiológicos son relevantes en cuanto a los even- tos de infección de vías respiratorias agudas (IVRA), tanto superiores como inferiores, dentro de los cuales resaltan los siguientes:
• Edad
• Género
• Lugar de residencia
• Entorno ambiental (humo doméstico, presencia de fumadores en casa, etc.)
• Factores climáticos
• Temporada estacional

Por poner un ejemplo, los cuadros de resfriado común son más prevalentes en las épocas de finales de otoño y todo el invierno; atacan principalmente a adultos mayores y a niños, desde su nacimiento, hasta los tres años de edad. Otro ejemplo, son los cuadros de faringoamigdalitis bacteriana, que es rarísima en niños menores de tres años de edad, pero más frecuentes en niños mayores de cinco años y entre adolescentes jóvenes (menores de 15 años de edad) —sobre todo en la temporada de invierno y a principios de la primavera— cuando el clima por lo general es más frío. La influenza es más común y prevalece en las dos últimas semanas de diciembre y las primeras 10 o 12 del año siguiente, y puede afectar a toda la población por igual. El otro aspecto importante, es conocer el estado de inmunización del paciente, es decir, qué vacunas ha recibido.

¿Cuáles son los avances más significativos respecto al diagnóstico de las IVR?
Se ha logrado mucho al respecto, sobre todo en cuanto a la identificación de virus respiratorios mediante, por ejemplo, estudios de biología molecular. Por medio de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se pueden detectar en muestras de secreción bronquial en ADN o ARD viral. Un kit de PCR-Multiplex detecta hasta 19 virus. También se puede solicitar la detección de antígenos bacterianos en orina para S. pneumoniae, H. influenzae y Legionella pneumophila.

¿Cuándo es prudente derivar a un paciente pediátrico con IVR a un especialista?
Esto es muy fácil. Cuando el paciente luce con datos de toxiinfección (con aspecto séptico o gravemente enfermo), inestabilidad hemodinámica o cuando se vea comprometida su capacidad ventilatoria (manifiesta por disnea severa o grave, polipnea, taquicardia, apnea intermitente, quejido respiratorio) u otros datos que incluyan intolerancia a la vía oral, signos de deshidratación, cianosis o necesidad de asistencia respiratoria mecánica.

¿Cuál debe ser la conducta más apropiada del médico ante la amenaza de la resistencia bacteriana en el primer nivel de atención?
La resistencia bacteriana es un problema muy serio y, quizá, ético. Lo anterior, puesto que muchas veces está implicada la industria farmaceútica, la cual en muchas ocasiones capitaliza la falta de conocimiento – actualizado – del médico —sobre todo aquellos cuya única fuente de información es el representante médico— o su falta de visión crítica que permite dejarse llevar por lo que la industria dicta. La conducta más apropiada es:

1. Desarrollar la conciencia médica para hacer un uso más responsable de los antibióticos. Por ejemplo, en el primer nivel de atención, 30% de las consultas están relacionadas con infecciones y 50% de estas son de origen respiratorio (que frecuentemente son autolimitadas); desafortunadamente, el 90% de las prescripciones de antibióticos ocurren en el primer nivel de atención.
2. Evitar la prescripción innecesaria de antibióticos en casos muy puntuales:
• Usar antibióticos para combatir infecciones víricas (como la gripe) y mucho menos por sugerencia del paciente.
• Prescribir antibióticos de amplio espectro (p. ej. cefalosporinas de tercera generación).
• Cuando pueden ser efectivos antibióticos de menor espectro.
• Indicar dosis muy bajas o muy altas de antibióticos que favorecen la resistencia y selección de cepas.
3. Continuar el tratamiento más allá de lo necesario.
4. Tratar de prescribir un antibiótico de acuerdo con los resultados microbiológicos siempre que sea posible.
5. No prescribir tratamiento IV o IM cuando la terapia oral puede ser efectiva y clínicamente segura.
6. Tanto en el ámbito ambulatorio, como en el hospitalario, tratar de hacer un diagnóstico nosológico de la infección, analizar la información tanto internacional como nacional y local respecto a su etiología, epidemiología y lo referente a datos sobre resistencia bacteriana de esa infección.

También debemos hablar del paciente, quien es parte fundamental en la resistencia bacteriana, por lo que debe ser educado por el propio médico respecto a cuatro aspectos clave:

1. Respetar la dosificación, frecuencia y duración del tratamiento.
2. Suspender el tratamiento solo con autorización del médico, aunque haya mejoría.
3. No hacer acopio de antibióticos (ni de medicamentos en general).

En México, ¿existe una preocupación justificada respecto a los movimientos antivacunas?
Afortunadamente sí la hay. El movimiento antivacunas en nuestro país tiene sus antecedentes entre los años 1994 y 1996 en las escuelas de homeopatía, donde algunos académicos se postularon a favor de la no vacunación y en sus clases incitaban a los alumnos a demeritar la vacunación en todo momento. Durante las jornadas de salud, se les pedía apoyo a las escuelas de medicina y, en vez de vacunar, iban de casa en casa tratando de convencer a los padres de familia de no inmunizar a sus hijos con argumentos científicamente no fundamentados y absurdos. Debido a que esta conducta se replicó en varias unidades y hospitales de salud, los egresados de dichas escuelas fueron vetados durante un tiempo para laborar y hacer residencias médicas, pues tales posturas no eran compatibles con las estrategias de salud pública. El movimiento antivacunas creció en 1998 en Estados Unidos, cuando Andrew Wakefield publicó en la revista The Lancet un estudio donde afirmaba que la causa del autismo de los niños evaluados era la administración de la vacuna triple vírica. Esto, obviamente, fue maginficado por los grupos antivacunas y se generó una corriente de pánico que consiguió que muchos padres decidieran no vacunar a sus hijos y, como era de esperar, la incidencia de brotes de sarampión, rubeola y parotiditis aumentó —como lo estamos viviendo en la actualidad.

LECTURAS RECOMENDADAS
1. Dreser A, Wirtz VJ, Corbett KK, Echániz G. Uso de antibióticos en México: revisión de problemas y políticas. Salud Publica Mex 2008;50(Supl. 4):S480-7. 
2. COFEPRIS: Acuerdo de 2010 para controlar la venta de antibióticos y consultorios en farmacias.
3. Mino-León D, Hernández-Carvajal I, Peredo-Silva
L, Búrbano-Martínez G. Valor terapéutico potencial de medicamentos en México: El caso de los antibióticos. Gac Med Mex 2019;155:15-9.
4. Diario Oficial: Consejo de Salubridad General. Acuerdo por el que se declara la obligatoriedad de la Estrategia Nacional de Acción contra la Resistencia a los Antimicrobianos. Martes 5 de Junio 2018.
 
Este artículo debe citarse como:
Coria-Lorenzo JJ. Situación actual de las infecciones respiratorias en pediatría. Medicus 2024;5(26)1870-2.